El guardaespaldas o escolta personal, es quien protege con sus conocimientos sobre seguridad, y a veces hasta con su propia vida, la de quién lo ha contratado para dicha tarea, que únicamente puede ser llevada a cabo por un profesional que cuente con la experiencia necesaria para cumplir eficazmente su cometido.
Por ello, si bien con su presencia desalientan a algunos delincuentes comunes, deben estar preparados para situaciones extremas, que se pueden presentar cuando se trata por ejemplo de un secuestro o de un atentado, para prevenirlos si es posible, y sino para impedirlos en último caso, con éxito.
Quien pretenda contratar un guardaespaldas solvente, deberá previamente chequearlo personalmente en lo que se refiere a sus antecedentes laborales, y especialmente en todo lo relativo a los conocimientos que debe tener para el ejercicio de su profesión, lo que se hará en el mismo campo de trabajo.
Habrá que ver su aptitud psicofísica, su estado físico y mental, el grado de capacitación en las técnicas de prevención e inteligencia, su idoneidad y seguridad en el uso y manejo de distintas armas de fuego, y otras contundentes, como de distintos explosivos convencionales o de uso actual, ya sean químicas o biológicas.
Un escolta prevenido, siempre porta consigo una pistola calibre 9 mm, con cañón de 4¨, y 3 cargadores de 16 + 1, y un revólver .357 Magnum, con caño corto de 2¨ y compensador híbrido, como back up, que puede utilizar tanto municiones de ese calibre o del .38 special + P, de gran stopping power, ambas con cartuchos de proyectil adecuado tanto en lo que respecta a penetración de cuerpos blandos como duros.
Como complemento debe llevar chaleco antibalas blindado de nivel A, tanto para él como para su protegido.
Si es el caso debe conocer el manejo de escopetas, y armas largas como fusiles y subfusiles, y la conducción de vehículos, que deberán ser blindados, a prueba de proyectiles de grueso calibre como el 308.
Es importante considerar que debe conocer y contar con el uso de equipos de comunicaciones modernos, como de aparatos de radio en diferentes ondas cortas que le permitan anular la detonación de un explosivo teledirigido electrónicamente, comandado a distancia, por eliminación de la frecuencia.
Con la ayuda de dichos equipos, también se pueden evitar los atentados perpetrados con aviones pequeños utilizados en aeromodelismo, u otros vehículos de tamaño reducido.
Deberá controlar su asistencia semanal a las prácticas de defensa personal sin armas y con armas, verificando el mantenimiento de la destreza desarrollada en las mismas.
El protector debe estar siempre alerta y cerca de su protegido, pasando desapercibido por los demás, salvo cuando tiene que actuar para repeler un ataque o desalentar la tentativa del mismo.
Sus funciones básicas son: planificación, ejecución, prevención, y protección, con la paciencia , precisión y prolijidad de un experto profesional.
Fuente: Javier Elliot, Diario Legítima Defensa, edición nº7, página 7. Impreso en la Ciudad Autonoma de Buenos Aires en Febrero de 1999.
