Correo de Lectores Enero de 1999

Sobre la Crisis de los Peritos Judiciales

Buenos Aires, 12 de Enero de 1999

Señor Director:

Perito Judiciales
Perito Judiciales

El Editorial titulado: “Los Peritos de una Justicia en Crisis”, que el Diario Clarín, publicara el 8/1/99, en la página 12 de su sección Opinión, recoge un sentimiento general de desazón corriente en la ciudadanía, sobre los vaivenes del servicio de administración de justicia.

La desazón de los ciudadanos es real -yo mismo la experimento, en mi fuero interior y en mi experiencia diaria de calles y tribunales-, y la inquietud del mencionado matutino está sólidamente asentada en esa realidad que compartimos.

No obstante ello, me permito disentir con algunas expresiones y definiciones contenidas en el Editorial referenciado. Más aún, mi natural simpatía hacia la defensa de principios sociales tal como la practica el Diario Clarín, en éste caso me obliga al comentario a modo de modesta y necesaria contribución al estudio y solución de tan importante aspecto de la realidad social: la Justicia Judicial.

Y entonces: sumar al perito Locles -falta de titulo habilitante- con los 31 médicos forenses -encubrimiento y falso testimonio-, no permiten abordar objetivamente la llamada Crisis Judicial, porque una institución, no es la sumatoria de los hombres que la sirven, es algo más grande y distinto que cada uno de esos hombres. A grandes rasgos, la institución no puede ser ni perversa, ni corrupta, por eso llama la atención el hecho que el Editorial alegue que la Corte Suprema desarrolle una investigación interna Ad Hoc, en el Cuerpo Medico Forense. Se sigue de esto que la única manera de saber si una función singular ha sido bien cumplimentada, es analizando sus resultados según los procedimientos intelectuales propios de cada actividad profesional, que son universales y unívocos, y que responden laminarmente a aquella materia vital que Geny llamaba El Curso Natural y Ordinario de las Cosas.

Por ello, tachar prima facie de ilegítima la actividad puntual del Sr. LOCLES en una causa judicial concreta, es imprudente, como lo es también suponer que los conocimientos técnicos del perito sean insuficientes, pese a que la materia sobre la cual versan, nos sea absolutamente extraña.

La falta de idoneidad profesional, el desempeño irregular de cargos que exigen imparcialidad, y la posibilidad de que en una causa judicial se arribe a decisiones arbitrarias por culpa de esas falencias, son conjeturas apresuradas que no habrán de ayudarnos a encarrilar la justicia como institución.

Decisiones arbitrarias producidas por profesionales legalmente habilitados con sólidos currículums y prestigio en el ámbito judicial, han sido desdichadamente plurales en tiempos recientes.

He sido alternadamente ex Perito de Parte o Perito Judicial, y siempre me he desempeñado con corrección, honestidad y eficacia, esto último dentro de la actividad propia de mi cultura profesional -he navegado más de un millón de millas de mar-.

Desafortunados fallos de la Cámara Nacional De Apelaciones En Lo Civil Y Comercial Federal, han introducido en forma pretoriana la distinción entre Perito Judicial y Perito de Parte. Esa distinción no existe ni en la ley, ni en la práctica corriente de la actividad pericial, la cual solamente delimita el aspecto físico de la materia peritada, aún cuando se practique obligadamente en el campo conjetural.

Termina el Editorial comentado con dos expresiones, una de legitima alarma ante la posibilidad de que el perito incapaz o corrupto convirtiera en falso lo verdadero, o viceversa, y la otra proponiendo la vía de solución al problema estudiado.

La alarma por el posible daño no está justificada, así lo indica la muy conocida doctrina de la Corte Suprema sobre Sentencias Arbitrarias. Incidentalmente apreciamos aquí la verdadera esencial relación entre Perito Judicial y Perito de Parte, que es perfectamente apta para evitar el error o deterioro producido por la incapacidad del PERITO JUDICIAL.

Por último, la solución propuesta para mejorar la administración de justicia, eventualmente deteriorada por la mala actividad pericial, merece la más vivaz repulsa, porque un pretendido refuerzo de controles para asegurar la idoneidad e imparcialidad de los peritos, significa la sujeción de una actividad intelectual y apolítica a una voluntad externa a ella y a las reglas propias de la profesión del perito. Asi opinan los periodistas ante el menor atisbo de control de su gestión.

Luis Daniel Faure

Boulevard del Bosque, Bosque Peralta Ramos, Mar del Plata. Provincia de Buenos Aires.


Saludos desde España

Amigo Jorge:

Un próspero 1999!

Saludos del gallego Catalán

Martin Rosell (Teddy) – Oficial Internacional de Tiro Práctico y Armero de Barcelona


Publicaciones Recibidas

Agradecemos el envío de “La Verdad”, Diario Independiente Regional, de Banfield y Zona Sur, que dirige Carlos Fontanini, donde se menciona gentilmente la edición n° 3 de nuestro Diario.


*Fuente: Diario Legitima Defensa, edición numero 6, página 2. Impreso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en enero de 1998.