Conferencia del Dr. Aldo Luis Montesano Rebón en las V Jornadas sobre Derecho y Ley de Armas

Señoras y Señores:

Tal como lo hiciera el Sr. Presidente Ejecutivo estas 5tas. Jornadas, el Dr. Hugo Cataldi, pero en mi caso como imperativo de mis años, debo ceder a la tentación de remontarme al pasado, a los momentos iniciales de estos encuentros.

Evoco el marco modesto y austero en el cual estaba manifestándose de manera notoria el entusiasmo de los participantes, el valioso aporte de la experiencia de cada uno, en un clima de tolerancia recíproca y seriedad científica y técnica.

Y no seria justo si omitiera mencionar que todo esto ha nacido del esfuerzo decidido del amigo José Genaro Baez, que transmitió su inicial inspiración de estudiar estos tópicos con metodología y seriedad científica convocando a distinguidas personalidades y en especial debo destacarlo en este acto –logrando el decidido auspicio de la Sociedad Argentina de Criminología, que en su dilatada trayectoria sale de su habitual esquema de trabajo y contribuye con la actividad de sus integrantes, al éxito de estas Jornadas.

La perseverancia en el trabajo, año tras año, gracias a la presencia y apoyo constante del Director del RENAR, nos ha permitido contar con la colaboración de un equipo eficiente y cordial integrado por personal capacitado del organismo y a todos les expresamos la profunda gratitud de los participantes en las distintas comisiones de estas Quintas Jornadas. Hemos contado con un apoyo que esta al nivel de las mas complejas y eficientes organizaciones en este género de reuniones.

Es necesario que señalemos el constante aliento del Ministerio de Defensa, que ha estado representado este año por el Secretario Dr. Jorge Pereyra de Olazabal y a la concurrencia del representante del Ministerio de Justicia, el Sr. Secretario de Asuntos Legislativos, Dr. Julio Aparicio, de modo que hemos contado con el aporte académico de tan destacada personalidad y la no menos valiosa contribución científica del Director de Política Criminal Dr. Francisco D´Albora.

Y finalmente deseo referirme al ámbito en el cual se han llevado a cabo estas Jornadas, pues este marco señores, no es algo que pueda pasar desapercibido.

Yo agradezco al Señor Director del RENAR que nos permitiera ser huéspedes de este glorioso Regimiento de Patricios, y no podríamos abandonarlo sin rememorar nuestro pasado y retemplar nuestros corazones evocando a los hombres que con su esfuerzo heroico dieron al mundo medio continente de países libres. Raro privilegio éste de las Armas Argentinas que sirvieron no para dominar sino para liberar.

Este regimiento nació de hecho en 1806, cuando el pueblo rechaza la primera invasión inglesa. Y como se aguardaba un segundo ataque, y se esperaba que fuera muy duro – y lo fue por cierto – se organizaron diversos grupos, entre ellos este Regimiento, que en su manga, en paño colorado lucia con orgullo “Buenos Aires”, el nombre de la ciudad reconquistada una y otra vez con el heroísmo de sus hijos a un enemigo que parecía imbatible.

Y de este modo nace nuestro Ejército, en aquel difícil trance, los ciudadanos eligen democráticamente a sus primero jefes, entre ellos a un joven abogado, que era la sazón del Secretario el Consulado, y que contrata instructores en el uso y manejo de armas – me atrevería a decir que era un legítimo usuario en el lenguaje actual – y se trataba de don Manuel Belgrano, nuestro héroe tan querido, que consagra su vida a la causa de la libertad.

Y este joven que se inicia en el aprendizaje del rudimento en el manejo de las armas, luego es quien conduce a las armas de la Patria a alcanzar la gloria en las Piedras, Tucumán, Salta. Y este mismo Regimiento, depositario de su ejemplo austero está presente en la toma de Montevideo, en Curupaití, en Itzuzaingó, y ya en nuestros días en Malvinas.

Y hoy, en este recinto esta presente la imagen del General Belgrano con su eterna enseñanza de magnanimidad hacia el vencido, y grandeza de espíritu frente a la adversidad, y devoción cristiana, que concretaba – como un acto más del servicio – rezando el Santo Rosario a la cabeza de sus hombres al caer la tarde.

Y todos los laureles fueron conseguidos por hombres que nos los legaron a condición que mantengamos vivos su recuerdo, practicando la virtud no declamándola solamente, y encendida siempre la llama sagrada que pasara a las generaciones futuras.

Y yo no estoy seguro que esto que estoy diciendo no es un añadido artificial sino antes bien, todo esto adquiere una especial significación para los que estamos aquí convocados. Hombres de actividades diversas, coleccionistas de armas, los que practican tiro en sus diversas especialidades, la caza, las diversas actividades al aire libre, la vida de campamento, la pesca, la atracción por el campo y sus costumbres, todos somos cultores de nuestros símbolos, los reverenciamos por lo que nos representan y defendemos nuestras instituciones.

Esto nos caracteriza señores, en este mundo globalizado en el que se advierte una suerte de anestesia respecto de estos valores que nosotros custodiamos en nuestros corazón para transmitir a nuestros hijos.

Ya ven que los hombres que practicamos estas actividades, a quienes nos gustan las armas e incluso en ocasiones nos transformamos en coleccionistas –tanto nos apasionan- estamos lejos de esa imagen siniestra de individuos que transitan por la perversión de la violencia.

No se por que causa, si en la Confederación Helvética la práctica del tiro es una muestra cabal de patriotismo, y se auspicia por todos los medios la práctica de estas actividades, reconociéndolas como de significativa importancia para la defensa nacional, porque razones, repito, en nuestros país se ha llegado a vedar a nuestros jóvenes la posibilidad de recibir instrucciones en el Tiro Federal. El mismo Tiro Federal en que nos llevaron en su momento nuestros padres, la misma institución en la que inscribimos a nuestros hijos. La vieja institución que luce en su pórtico “Aquí se aprende a defender la Patria”, ya ven Uds. todo lo contrario a atacar, negación terminante de la agresión como posibilidad. Dominio absoluto por la voluntad del hombre regida por la ética dirigiendo sus acciones, actuando siempre y exclusivamente dentro de la ley, como no puede ser de otro modo.

En este orden de cosas me atrevo a recomendarles el artículo que sobre la Práctica del Tiro en Suiza que contiene el periódico que dirige el Dr. Frank “Legítima Defensa.

Reitero pues mi gratitud al amigo Baez por habernos ayudado a ser perseverantes a través de todos estos años, y lo repito, por habernos posibilitado compartir estos días en la sede de este Regimiento de Patricios. A los integrantes de la unidad les quiero manifestar el deseo para las armas de nuestra Patria, que así como nacieron democráticamente y se insertaron en este proceso de pleno ejercicio de las instituciones republicanas sean custodios de nuestra tradición y grandeza y que tengan plena posibilidad de cumplir el rol que les asigna la Constitución. Que nuestros hijos sepan que la defensa de la Patria no es solo cuestión de los que están bajo las armas, ya que es algo que nos atañe por igual a todos los ciudadanos, y desearía que este sentimiento anide en el corazón de las jóvenes generaciones.

En este ámbito y dado el clima que se ha creado en esta reunión, y perdonen Uds. que me extienda, ya que nos estamos refiriendo a sentimientos y experiencias que nos son comunes vinculadas con estas actividades, podría soslayar la existencia de la tradiciones. Y en mi caso tengo el recuerdo de mi abuelo, que siguiendo una añeja tradición itálica, preparaba y llevaba a cabo sus cacerías anuales, y mi abuela, con maternal mano preparaba las perdices que se servirían en la mesa familiar en la liturgia añorada del almuerzo dominical.

Y luego las experiencias juveniles acompañando a mi padre y a un tío entrañablemente querido, y al grupo de sus amigos que permitían con indulgencia la presencia de un mozalbete en sus excursiones.

Y finalmente, salir al campo con mis hijos, cosa que ya no hago con la frecuencia que quisiera. Francamente, que disfrute tan grande es compartir esos momentos para ellos, en el futuro, serán también recuerdos imborrables. Que magnifico el transmitir la propia experiencia, el vencer juntos las dificultades, observar las reglas éticas como nuestros mayores nos transmitieron a nosotros.

Yo quiero reivindicar entonces esta actividad. Estoy muy orgulloso de estar aquí con ustedes, y tal como muchos de los presentes al regresar a mi hogar seré inspeccionado por mi mujer para comprobar si una vez mas aparezco con una nueva arma bajo el brazo, vencido por la tentación.

Persuadido de que esta actividad trae aparejadas muchas cosas gratas y edificantes, debo manifestar nuestra complacencia por la acertada política del Estado en esta materia, y hago votos por la pronta sanción de las reformas al Código Penal que incriminan, tal como lo hemos propiciado, tenencia o portación de armas de fuego por quienes no están debidamente autorizados por la autoridad de aplicación.

En estos tiempos en que la ciudadanía esta acosada por el fenómeno mundial de la violencia y la inseguridad, confío en la respuesta acertada de nuestros legisladores y hago votos para que se procure la superación de estos problemas aplicando las medidas necesarias en el ámbito que corresponde. El delito y la violencia no surgen de los legítimos usuarios. Las estadísticas aportadas por el Ministerio de Justicia son de una elocuencia irrefutable.

Prácticamente el 100% de los hechos delictivos son causados por quienes precisamente carecen de autorización y no están registrados en el RENAR. Por eso nos intriga que alguien haya, tenido la ocurrencia de secuestrar las armas registradas como remedio contra una violencia que ciertamente no se ejerce con ellas. Esto es como pretender asestar un golpe al tráfico y consumo de drogas secuestrando en las farmacias los psicotrópicos y demás substancias en ellas depositadas.

Insistimos, el control del delito va por otro lado, con un justicia eficaz, una fuerza policial que pueda desplegar su tarea de prevención adecuadamente, apoyada por una comunidad que es consciente de sus derechos, que está exigiendo seguridad y que no se va a confundir con nosotros.

Y ya para finalizar dejaremos plateados los nuevos desafíos que surgen de la realidad que es el Mercosur. Alguien que sabía mucho dijo que el año 2000 nos iba a encontrar unidos o sometidos, de modo que esperamos sinceramente que este proceso de integración sea una realidad en todos los planos. De modo que hemos conversado de este tema con los distinguidos participantes de la Republica Oriental del Uruguay, del Brasil y de los Estados Unidos y hemos considerado la conveniencia de estudiar las posibilidades de compartir nuestras experiencias y la creación de una Credencial para el Mercosur.

Ciertamente ha quedado debidamente en claro que existe un cabal respeto en cuanto a la regulación de cada Estado y en modo alguno se pretende imponer criterios, simplemente avanzamos ofreciendo nuestra experiencia registral, con la posibilidad de un modo que auguramos el mayor éxito en nuestra tarea.

Agradezco profundamente que me hayan encomendado esta clausura, que como he dicho al principio está puesta bajo advocación de quienes forjaron nuestra historia y nada mas auspicioso que clausurar estas jornadas en la sede de este heroico Regimiento cuya última acción en nuestras Malvinas esta aún mas presente en nuestras mentes y encendiendo nuestro corazón.

Salón de Actos del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”. Buenos Aires 31 de Octubre de 1998.

 

*Fuente: Diario Legítima Defensa, edición número 5, página 7. Impreso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en diciembre de 1998.