Problemas tecnológicos de la vida cotidiana
El Teléfono Inalámbrico
Si Usted está verdaderamente preocupado por su seguridad, es hora de dejar de usar en su hogar u oficina teléfonos inalámbricos.
Cuando aparecieron por primera vez en los finales de los 70’s tenían forma de teléfonos de mesa y emitían en 27 Mhz (Banda Ciudadana) pero recibían en 1,6 Mhz (Que es un poco arriba de la banda de radio AM). En esa época -con unos kilos menos y algo más de pelo- me divertía escuchando a los vecinos hablar por sus bienamados teléfonos. Bastaba retocar la sintonía de una radio común de AM para tomarlos, con un poco de ruidos de fritura.
Luego vinieron tiempos mejores. Los aparatos se hicieron portátiles y también adoptaron el formato que conocemos hoy día aunque con una antena un poco más espectacular. Entonces emitían en lo que ahora se conoce como la banda de los teléfonos inalámbricos, en las inmediaciones de los 49 Mhz. Para disfrutar de los diálogos de nuestros vecinos, empleábamos un Scanner, que es un receptor programable que cubre un muy amplio espectro de frecuencias y modos de recepción. Había una docena de canales y el modo de recepción era FM/N (Banda angosta). Usando una sencilla antena exterior, captábamos los teléfonos en un radio de unos 500 Mts. con buena señal. Esto era a fines de los 80’s.
Pero entonces llegaron los teléfonos celulares. Enseguida nos dedicamos a desbloquear nuestros Scanners (Que vienen bloqueados para la banda USA de teléfonos celulares, pero que son fácilmente modificables) y a mejorar nuestras antenas exteriores para la banda de los 900 Mhz. Yo llegué a publicar -en 1990- un artículo en una revista especializada de electrónica, acerca de una antena con amplificador incorporado que mejoraba mucho la perfomance del receptor y posibilitaba usar cable coaxil barato -de TV- para la bajada.
Había muy pocos teléfonos celulares y eran como una valijita con correa para el hombro. Eran muy caros -solamente para ricachones- y se los escuchaba fácilmente en los 600 canales que barrían rápidamente nuestros Scanners.
Era maravilloso escuchar a los funcionarios rápidamente enriquecidos haciendo confidencias telefónicas con sus cómplices y los chanchullos con amantes de algunos grandes empresarios (algunos de ellos, gay…como dicen ahora).
Los reconocíamos por la voz: La señora….; La señorita (Ahora Ex-señorita)….; El Dr…..; La Ingeniera……; etc. Apasionados, Activos, Apurados, Arrogantes, Ambiciosos, por usar solo la A.
Luego se popularizó el uso de teléfonos celulares y escucharlos pasó a ser una rutina aburrida: Directivos enojados, Libradores de cheques sin fondo; Médicos, Contratistas y Subcontratistas; Alguna meretríz negociando un servicio; etc.
El problema es que habiendo tantos usuarios ignotos, la escucha es anónima y aburrida (Me refiero a la escucha amateur, porque también hay un mercado de escucha profesional, al que en otra columna habré de referirme).
Entonces volvieron los teléfonos inalámbricos!!! remozados, digitalizados, más potentes, llenos de tecnología del siglo venidero. Algunos aparatos berretas, siguen emitiendo en la banda de 49 Mhz -que está muy saturada- pero también hay unos espectaculares en UHF -banda de 900 Mhz, cerca de la frecuencia de los celulares- donde comparten una veintena de canales. A estos aparatos los captamos dentro de un radio de unos 300 Mts. usando un scanner y una antenita exterior muy sencilla.
De nuevo, escuchar las charlas por teléfono de nuestros vecinos, se ha vuelto emocionante. Es encantador oír las peleas de la vecinita con el novio y verla pasar luego; altanera, paseando a su perrito. O meternos en la pobre señora del edificio de la esquina, que sabe que el marido la engaña, pero él no sabe que ella lo sabe. O de la abuela de abajo, que está contenta porque se murió el marido, que era una verdadera porquería (Fumaba tanto que se le secaban las plantas, pobre señora) y encima quedó con una buena pensión. Ni hablar del sicólogo, ese chico nuevo de acá a la vuelta, que se acuesta con las pacientes.
Pero me olvidaba de lo peor. En 1991 vi en New York un auto bastante destartalado, con dos sujetos de color, como dicen ahora; que tenían en el tablero una parafernalia de aparatos y varias antenas en el baúl. Apenas se estacionaron en una calle céntrica de Tribeca, en Manhattan, se formó una cola de gente que esperaba turno mientras una señora hispano-parlante hablaba por teléfono desde el aparato, instalado en el auto que estaba interceptando los inalámbricos de los vecinos de la zona. Mientras unos vecinos estaban en sus trabajos, otros vecinos hablaban a Puerto Rico desde sus teléfonos, merced a los servicios de los oscuros individuos.
Sin duda, dada la congestión de la banda vieja de 49 Mhz, muchos habrán experimentado tomar la línea de un vecino desde su aparato. Pues bien; esto puede hacerse en forma intencional!!!
A un Phreaker (Un hacker telefónico -prepárese a oir esta palabra-) le resultará fácil doblegar el código de baja seguridad que traen incorporado estos aparatos y usar su línea telefónica desde una guarida. Pronto verá Ud. allanamientos a locutorios clandestinos que emplean este sistema, porque es mucho más dificil de ubicar que los cables tradicionales.
Hay un sistema de teléfono inalámbrico que si es seguro, se trata del sistema que se denomina Spread Spectrum. Son equipos bastante caros, pero brindan mayor seguridad que los equipos convencionales. Si su necesidad de usar aparatos inalámbricos es insoslayable, entonces busque un aparato de estas características. La palabra «digital» escrita en la carátula del equipo, puede ser un engaño. Puede ser digital el discado pero analógico el audio, con lo que se puede escuchar sin mas con un sencillo receptor, o puede ser digital la clave de seguridad -como lo son casi todas, por otra parte-. Para complicar todavía más las cosas; hay teléfonos, que dicen ser digitales y verdaderamente lo son -audio, discado y clave- y que son verdaderamente buenos. Es importante que no compre su aparato en un supermercado sino en un proveedor especializado que pueda asesorarlo y hacerse cargo de lo que vende.
El teléfono inalámbrico convencional, de bajo precio, lo conducirá sin duda y en muy poco tiempo a un dolor de cabeza (Una factura de varios miles de dólares) que Ud. podría evitar.
En fin. Si Usted quiere vivir tranquilo, NO USE TELEFONO INALAMBRICO.
Ud. Puede contactar al autor de la presente nota al tel: (+54-11) 4362-7079 / 7179.
*Fuente: Diario Legítima Defensa, edición impresa número 1, página 7. Impreso en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Agosto de 1998.