No solo el tráfico de armas es la actividad más lucrativa en estos tiempos, al parecer todo se centra en este tema, tratando de mentalizar y convencer al Legitimo Usuario de que un arma en la casa es un peligro para la persona que la posee como para los convivientes, pero más peligroso es ese arma en manos de un delincuente y nuestras manos vacías, como se perfilan los medios masivos realizando propagandas anunciando el desarme de la población civil, los cuales están tan o más capacitados, que mucho personal de seguridad de cualquier empresa privada o del estado mismo.
Controlemos una vez al año los Legítimos usuarios de armas, para ver si las vendieron perdieron o se las robaron sin hacer la respectiva denuncia, que se aseguren como un vehículo para denunciar si o si cualquier sustracción o venta, evitando así incrementar el mercado negro de armas.
«El crimen violento debe ser frenado y es solo la victima elegida la que puede hacerlo. El delincuente no teme a la Policía, ni tampoco al Juez, por lo tanto, a quien debe aprender a temer es a la víctima»
Tte. . Cnel. Jeff Cooper Infante de Marina EEUU.
Pero no nos olvidemos del tráfico de estupefacientes, de animales silvestres en vía de extinción, y el más aberrante de todos junto con el tráfico de órganos, es el tráfico de niños, la venta de niños para su posterior adopción, para trabajos forzados, prostitución infantil, pornografía infantil, para mendicidad, o robo, para el uso de venta de estupefacientes, para grupos de pedófilos o la vena de niños para uso de sus órganos para trasplante para un niño de algún grupo adinerado, que posee un ser querido en espera de un órgano, para arrebato por dinero a otro, y dárselo así a su niño o niña; en la década de 1990 el precio de un niño en el mercado nacional era de 2.500 a 8.000 dólares Por supuesto que esto esta tomado en una de las últimas encuestas de años atrás. Sumando las ganancias si era para el exterior, se vendían entre 10.000 a 30.000 dólares.
Muchos de los raptores se encuentran al acecho en hospitales o lugares donde una mujer indigente podría dar a luz, ofreciéndoles dinero, terminando por convencer a la mujer para que entregue a su bebe,
También está la modalidad tipo arrebato: arrancan a los niños de las manos de su madre previa elección de la víctima y estudio de sus movimientos. Eligen a sus victimas con determinada fisonomías por encargo, esto varía según oferta y demanda.
Este flagelo ocurre en todo el mundo, la Argentina no está exenta. Es difícil saber cuántos niños son llevados al exterior, según Amnestia Internacional en la décadas anteriores fueron alrededor de 40.000 niños. Si le agregamos la mortalidad infantil por la pobreza extrema estaremos en condición de decir que están en vías de extinción, siendo poco no mucho exagerado en mi parecer, la Convención Internacional por los Derechos del Niño que fue incorporada en la reforma de la Constitución Nacional de 1994 dice que considera a todos los niños y niñas a jóvenes menores de 18 años sujetos plenos de derechos, y se comprometen a garantizar a las familias de estos niños la educación y alimentación. Pero esto solo figura en los papeles. Todos los días vemos en las noticias el hambre, la pobreza y miseria del Norte Argentino, olvidados por políticos corruptos que solo quieren su bienestar y no el del pueblo argentino.
El Mercosur tiene el mayor índice del tráfico de menores como lo manifestara el 03 de octubre del 2005 el Juez Federal de Menores de Capital Federal, Atilio Álvarez. Magistrados del MERCOSUR deslizaron la idea del funcionamiento de zonas liberadas en la frontera que expone a los menores al tráfico. UNICEF informa que más de 8.500 millones de euros anuales de ganancia reporta el tráfico de niños. A las mafias internacionales, comparándose con el de las drogas y de las armas.
Vemos en el norte argentino además de mucha pobreza, madres que son convencidas para entregar su hijo por dinero a padres adoptivos, aborígenes que aparte de a poco les sacan las tierras. Vemos niños deambulando o tirados durmiendo en las calles de una ciudad como Buenos Aires pasando la gente por su lado mirando como quien mira un perrito, o gatito, y nada más existiendo números para llamar en estos casos, pero nadie quiere comprometerse ni siquiera por un niño. Es por todo esto que el argentino es un individuo, no un ciudadano como digiera un gran escritor, nos da pena cuando escuchamos por los medios que desapareció un niño, pero hacemos la vista gorda cuando centenares de matrimonios adoptan ilegalmente a un niño y/o pagando por el, y sacándoselo a la madre que seguramente es de una indigencia total, todo esto también debido a la burocracia de la adopción que se produce en algunos casos. En cuanto a los demás robo de niños para trabajos forzados, prostitución infantil, pornografía, para venta de estupefacientes mendicidad, robo, o entregarlos a redes de pedofilia, también, la venta de niños para trasplantes de órganos, todo esto es un negocio tan remunerado que habría que endurecer las penas, jueces que estén al tanto de estos temas, la colaboración de todas las fuerzas de seguridad, mayormente las que cubren las fronteras, de nuestro país con los paises limítrofes, con tecnología de primera generación en aeropuertos, y lugares claves de paso para terminar con este flagelo delictivo, sin temor a las represarías de las mafias que operan en el mundo involucremos nuestras vidas en este tema, y solo así se podrá limpiar de apoco este delito aberrante. Pensemos que nuestro hijo o nieto podría ser el próximo en la lista, si bien no se ve en los medios, no quiere decir que no ocurra pero si denunciamos cada uno de nosotros lo que vemos, no habra más niños robados vendidos entregados o durmiendo en la calle.
La Madre Teresa de Calcuta decía si no quieren a los niños dénmelos a mí, si no se vive para los demás la vida carece de sentido, seamos cada uno la Madre Teresa y salvemos a los niños de hoy, futuros dueños del mundo del mañana.
- El articulo es una contribución ad-honorem del Lic. Eduardo Alberto Brain, Licenciado en Seguridad, Oficial supervisor con el grado de Inspector de la Policía de la Ciudad, Suboficial superior (R) de la Policía Federal Argentina, Miembro fundador de la Policía Metropolitana, y Miembro Fundador de la Policía de la Ciudad. Ha sido voluntario en la contienda de Malvinas – reclutado en la Policía Federal Argentina en 1982 ante el inminente rendimiento; y reclutado para el conflicto del diferendo limítrofe con Chile, y entrenado con un grupo de 400 hombres seleccionados por legajo para Policía Federal Argentina con Instrucción en el Cuerpo de la Policía Montada. Ha sido también, Custodio Personal del Santo padre Juan Pablo II en su visita a la Argentina.