La permisividad y la violencia cotidiana

Escena de pelea violenta (You tube, Cobra Kai, 2018)
Escena de pelea violenta (You Tube, Cobra Kai, 2018)

Se dice, que todo lo que no es racional, lo que no es científico, es dañino. Ahí estamos nosotros, en pleno siglo XXI, en el medio, pugnando por educar hijos “sanos”, desprovistos de vaciedades.

Queremos ser padres, científicos, racionales y decimos: no hay que llenar la cabeza de los hijos, con necedades, y vemos que por el pánico de introducirlas, en las cabezas, de los niños, se les viene vaciando a ellos, de dimensiones elementales de lo humano: lo mágico, lo practico, lo espontaneo.

Nos hemos olvidado, de generar, la “sensibilidad”, esto ha sido vedado. Es tiempo de darle a nuestros jóvenes, un poco de esperanza. Este es el siglo, de la permisividad, esta es la era de: permitir, autorizar, condescender por miedo a coartar libertades.

Así surgieron los padres permisivos, no por eso logran, afecto; sucedió lo contrario: la violencia cotidiana, la de todos los días: incomprensión, distanciamiento, resentimiento. Surgió así el miedo, no te metas, por temor a…; la omnipotencia y lo que aun es mas doloroso: la falta de dialogo entre padres e hijos, generadora de todo tipo de violencia, desde la mas pequeña: no escuchar, hasta la mas grave: no poder contenerse y actuar con violencia física.

Si todo esto, se da en el ámbito del hogar, que seria el primer micro-sistema dentro del macro-sistema: la sociedad, cabria preguntarnos, ¿qué tipo de jóvenes estamos formando? ¿qué tendríamos que hacer para revertir el proceso, tan devastador?.

Darles afecto, contención, marcos de referencia, escucharlos, oírlos. Y darles modelos sensatos que puedan ser imitados. Como adultos, tenemos, la obligación de hacerlo.


Fuente: Lic. Silvia Perlman, Diario Legítima Defensa, página 5, edición Nº11, Junio 1999. Impreso en la Ciudad de Buenos Aires.